Su clima húmedo, con precipitaciones anuales cercanas a los 2.000mm, sostienen bosques siempre verdes que consisten principalmente en guindos (Nothofagus betuloides) y canelos (Drymis Winterii). Donde el bosque ralea un poco, y penetra tenue el sol, abundan los arbustos espinosos como el Calafate, muy ramificado y que llegan a medir 3 metros de altura. Un denso sotobosque de helechos, líquenes y musgos le dan una apariencia exuberante que será casi increíble para el explorador de estos parajes. Turbales y praderas costeras sorprenderán también con su presencia.
La línea costera es irregular con fiordos, caletas y Bahías y ofrece el hábitat perfecto para la vida silvestre, con una importante comunidad de invertebrados que se convierten en el alimento para una amplia variedad de aves y otras especies.
El 25 de diciembre de 1615, a bordo del navío Concordia, el Capitán holandés Guillermo Cornelio Schouten y el Jefe Mercantil Jacobo Le Maire documentaban el descubrimiento del territorio que llamarían "país de los Señores de los Estados". Ellos desconocieron el carácter insular de los territorios descubiertos.
En 1643, el holandés Hedrick Brouwed circunnavegaba la isla por primera vez, verificando que no se trataba de continente y quedando definitivamente bautizada como "Isla de los Estados". Situada al sur de la República Argentina, frente a la Tierra del Fuego y separada del continente por el estrecho de Le Maire, la isla del fin del mundo, como la llamaría posteriormente Julio Verne, posee una superficie de 534 kilómetros cuadrados y una extensión de 65 kilómetros de este a oeste y entre 15 kilómetros a 500 metros de norte a sur.
Esta aparición insular, brote de la Cordillera de los Andes, se encuentra a 240 kilómetros de Ushuaia, a 200 kilómetros de Río Grande y 400 kilómetros de las Islas Malvinas. Sobre sus basamentos, mole de piedra irregular que desarrolla un perfil agresivo, se levantan cerros irregulares y abruptos, con picos agudos.
Sus costas de piedra desnuda, muestran senos profundos que penetran por el corazón de sus montañas. Sobre la fauna de la costa, mucho se conoce (pingüinos, lobos de uno y dos pelos, nutrias marinas, gaviotas, cormoranes, petreles, etc.).
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